No sería ideal poder meter todos los malos recuerdos en un saco, atarlo muy fuerte con un bonito lazo, al fin y al cabo formaron parte de nuestra vida, y tirarlos lejos, tan lejos que nunca los volvamos a ver… sería muy bueno, pero creo que no se puede hacer.
Quizás yo no lo necesite, tengo una memoria selectiva que a veces me salva de hundirme, y una memoria de pez que me ayuda a vivir el presente, el pasado apenas lo recuerdo o aprendí a olvidar lo que no me gustó.
¿Por qué nos aferramos a recuerdos dañinos, por qué nos empeñamos en tener cerca de nosotros a personas que no quieren estarlo?. Entre toda la gente que hay, que hace que decidamos agarrarnos a alguien que no nos conviene, que nos hace enamorarnos del individuo equivocado. Nadie es imprescindible, nadie es insustituible, aunque a veces nos cueste darnos cuenta y asumirlo.
Pensándolo detenidamente, regodearse en lo que “la vida” nos prometió y no cumplió, es bastante absurdo.
Lo malo de la vida es que no nos da la oportunidad de ensayar, lo bueno es que a cada segundo podemos ir decidiendo que hacer, como usarla, como gastarla. Es posible parar, es posible girarla los grados que deseemos hasta que nos guste ese instante.
Teniendo en cuenta lo limitado de nuestra existencia, no deberíamos perder el valiosísimo tiempo que tenemos en mirar atrás, ¿para qué?, si miramos para atrás e intentamos andar hacia delante, lo más probable es que nos demos de bruces contra las cosas maravillosas que tenemos al frente.
El ultimo parrafo me parece maravilloso. No es ninguna nimiedad lo que escribes, te has ganado un seguidor.
ResponderEliminarGracias por leerme y gracias por tus palabras.
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